Escribe Víctor L. Bacchetta, publicado en www.elzumbido.uy
La incorporación por el Poder Ejecutivo del «Área de manejo de hábitats y/o especies Islas del Queguay» al Sistema Nacional de Áreas Protegidas plantea una incompatibilidad sustancial con la instalación de la planta de producción de combustibles propuesta por la multinacional HIF Global en esa zona.
Por el decreto 21/25 del 20 de agosto último, con la firma del presidente Yamandú Orsi y del ministro de Ambiente Edgardo Ortuño, el Poder Ejecutivo aprobó la selección y delimitación del área natural protegida «Islas del Queguay” por considerar que tiene elementos de interés para la conservación a nivel de paisaje, ecosistemas y especies prioritarias para el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SNAP), así como valores históricos, culturales y arqueológicos.
La nueva área incorporada al Sistema Nacional de Áreas Protegidas se localiza al oeste del departamento de Paysandú y comprende las islas de la desembocadura del Río Queguay en el Río Uruguay, así como las islas ubicadas sobre el río Uruguay aguas arriba, el espejo de agua del Río Uruguay que rodea a las islas y una porción de la costa, involucrando ecosistemas naturales de bosques y humedales, con una superficie total de 8.327 hectáreas.
En 2018, las organizaciones no gubernamentales Grupo Ecologista Naturista Sanducero (GENSA) y Paysandú Nuestro, en conjunto con el Polo Ecología Fluvial del Centro Universitario Regional Litoral Norte de la Universidad de la República, elaboraron la propuesta de ingreso al SNAP de una amplia zona del departamento de Paysandú incluyendo varias islas del Río Uruguay y padrones terrestres que fue denominada «Islas del Queguay y costa del Río Uruguay».
El proyecto finalmente aprobado, elevado por la Comisión Nacional Asesora de Áreas Protegidas el 14 de octubre de 2024, no incluyó todos los padrones de la propuesta original. Casualmente, unos meses antes, la multinacional de origen chileno HIF Global, tras haber ganado una licitación convocada por Ancap, había presentado al Ministerio de Ambiente el proyecto de producción de “hidrógeno verde” y derivados con los desechos de dióxido de carbono (CO2) de la empresa Alur.
HIF se propone generar 104.000 tn/a (toneladas anuales) de hidrógeno que, combinadas con el CO2, producirían 560.000 tn/a de Metanol y 210.000 tn/a de gasolina sintética, 27.000 tn/a de e-LG (un subproducto) y 3.800 tn/a de aceite pesado. Es una refinería de combustibles con cuatro antorchas para quemar los gases de desecho y tres calderas de biomasa, con sus respectivas chimeneas, para producir CO2, porque el de Alur sería solo un tercio del total.
El lugar elegido por HIF Global para la planta industrial son los padrones 11.950 y 11.951 en la ribera del río Uruguay, que integraban la zona de amortiguación categorizada como “Paisaje Protegido” en el proyecto original de área protegida. La propuesta generó un rechazo inmediato del lado uruguayo por varias razones, en especial por los efectos sobre el área que se propone proteger. y del lado argentino también por la cercanía de la ciudad de Colón y otras localidades vecinas.
En esta situación, hay sendas movilizaciones en Paysandú contra la instalación de HIF en ese lugar y contra la presencia de la multinacional en el departamento, ambas recogiendo firmas para poner en marcha una iniciativa legislativa departamental. En la vecina orilla también se ha desatado una movilización social, que hizo que el gobernador de la provincia de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, viniera a solicitarle al gobierno uruguayo la relocalización de la planta de HIF.
Tras el pedido del gobernador Frigerio, el presidente Orsi dijo que se atendería el planteo del lado argentino, pero la empresa y el Ministerio de Industria hicieron solo unos cambios cosméticos que generaron desaprobación en ambos lados del río Uruguay. La incorporación oficial ahora del área protegida “Islas del Queguay” al SNAP agudiza la incompatibilidad entre la preservación de sus altos valores naturales y la instalación de la planta industrial de HIF en ese lugar.
Incompatibilidades
La vecindad de la planta de HIF Global con el área protegida no permite ignorar sus impactos. Al dar a noticia, el diario El País mencionó que hay una distancia de tres kilómetros entre la planta y el área protegida, pero esto ocurre así solo del lado norte de la planta. El área protegida incluye el espejo de agua que rodea a las islas y una porción de la costa del Río Uruguay donde los padrones comprados por la multinacional para su proyecto son linderos (ver las imágenes).
La simple enumeración de las medidas de protección del área definidas por el Poder Ejecutivo debería ser suficiente para invalidar la localización de la planta de HIF Global. Por el artículo 3º del Decreto 21/25 se prohíben las siguientes actividades:
a) todo proceso de urbanización;
b) la ejecución de construcciones, salvo aquellas contempladas expresamente en el plan de manejo;
c) la ejecución de obras de infraestructura que alteren el paisaje o las características ambientales, paisajísticas o ecosistémicas del área;
d) la extracción de minerales a cualquier título, excepto las que cuenten con autorización vigente a la fecha de la aprobación del presente decreto y las previstas para el dragado del Río Uruguay con fines de navegabilidad;
e) las plantaciones forestales de especies exóticas;
f) la introducción de especies alóctonas de flora y fauna silvestre;
g) los vertidos de residuos, así como el desagüe de efluentes o la liberación de emisiones contaminantes, sin el tratamiento que especialmente se disponga;
h) los aprovechamientos y el uso del agua, que puedan resultar en una alteración del régimen hídrico natural;
i) la emisión o producción de niveles de ruido o intensidad de luz que afecten el paisaje sonoro y lumínico natural del área;
j) la caza, en particular, la recolección, muerte, daño o provocación de molestias a la fauna nativa, incluyendo captura en vivo y la recolección de sus huevos o crías, así como la alteración o destrucción de la vegetación nativa, y la cosecha de frutos, semillas, o plantas, salvo la realizada con fin de investigación o control de especies exóticas expresamente contemplado en el plan de manejo;
k) la recolección, extracción o destrucción de objetos o sitios arqueológicos, históricos o paleontológicos, con excepción de aquellas recolecciones o extracciones que se realicen con fines de investigación, según se establezca en el plan de manejo;
l) la pesca que por su modalidad o intensidad no sea compatible con los objetivos de conservación del área;
m) el uso del fuego, excepto en condiciones especialmente previstas en el plan de manejo;
n) el desarrollo de aprovechamientos productivos tradicionales o no y las actividades de uso público que, por su naturaleza, modalidad o intensidad, conlleven la alteración de las características ambientales, paisajísticas y ecosistémicas del área;
o) el ingreso a las islas con animales de compañía a excepción de animales especialmente adiestrados para el auxilio o desplazamiento de personas con discapacidad; y,
p) los ejercicios y adiestramiento militar, conforme a lo dispuesto en el plan de manejo.
Además de la planta industrial, el proyecto requiere la construcción de vías de transporte y de líneas trasmisoras de la energía eléctrica proveniente de los parques eólico y solar, la caminería de acceso, los trazados correspondientes al colector de efluentes y a los ductos conductores de CO2 y combustible conectados con Alur, así como la construcción de la toma de agua desde el Río Uruguay que se hará en la faja costera que la misma empresa pretende preservar.
Entre 2018 y 2025, las organizaciones no gubernamentales GENSA y Paysandú Nuestro, que hicieron la propuesta inicial del área protegida, se autodisolvieron y hoy continúa su legado el grupo Ambiente y Diversidad de Paysandú, que acompaña la iniciativa “Firmá por el Río”, junto con la Inter Social Paysandú (ISP).